lunes, 23 de agosto de 2010

Retiro Espiritual en preparación a la Confirmación

Los días 20, 21 y 22 de agosto alumnos de I°, II° y III° medio vivieron su retiro de preparación a la Confirmación. Veintitrés jóvenes participaron en esta jornada de reflexión, de oración, de profundización en la amistad con Jesús., demostrando una gran disponibilidad y deseo de encontrarse con el Señor en el silencio, en la meditación, así como también en los momentos comunitarios.

Los acompañaron el coordinador de pastoral de Enseñanza Media, Sr. Roberto Lagos; la Srta. Marisol Vergara, coordinadora pastoral de 2° ciclo; la Srta. Jimena Mason, Directora de Formación, y nuestro capellán, Padre Cristhian Gatica, scj.

domingo, 22 de agosto de 2010

Caminata de la Solidaridad

El pasado sábado 21 de Agosto más de 30 jóvenes de nuestra comunidad participaron de la Caminata de la Solidaridad, organizada por la Vicaría de la Esperanza Joven del Arzobispado de Santiago, en un clima de fraternidad y fe bajo el lema “Jesús te llama, Chile te necesita”.

Cada joven colaboró con un alimento no perecible y luego como Comunidad Dehoniana visitamos la tumba del Padre Hurtado en donde oramos por nuestro colegio, nuestras familias y nuestra Patria.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Reflexión en el día de la solidaridad

“La Caridad comienza donde termina la justicia”FPH135

Sin lugar a dudas los rasgos más notables del P. Hurtado están asociados a su encarnación del Evangelio a esa progresiva identificación con Jesucristo y, por lo tanto, a una creciente conversión que lo llevó a reconocer lo medular de la fe. La no siempre fácil compresión de la justicia y la caridad estrechamente entrelazadas entre sí, es lograda por le P. Hurtado no sólo en el discurso sino también en los hechos. En él encontramos una coincidencia casi plena entre su “persona” y su “misión”

Hoy cuesta mucho cambiar radicalmente como lo hizo él, hasta llegar a comprender y a sentir internamente lo esencial de la Buena Nueva. Buscamos mil pretextos para evadir la respuesta a Cristo, nuestro estilo de vida se va acomodando, intelectualizamos la pobreza, nos quedamos en las cifras y terminamos por enfriar el corazón. Perdemos la hermosa privilegiada y transformadora oportunidad de entregarnos, sacrificarnos, en una palabra de donarnos en los demás, especialmente en los “privilegiados” del Señor.

La certeza de encontrarse y experimentar a Cristo en el más marginado debería ser un potente motor que moviera a la sociedad a actuar con mayor justicia y caridad. …La responsabilidad es de la comunidad humana y cuando esta se escuda en que sólo le corresponde al estado o a los “ricos”, se equivoca, como dijo San Alberto Hurtado: “frente a las miserias de los más pobres, existe una responsabilidad colectiva e individual que en justicia debemos remediar… y si somos culpables es porque en vez de considerarlos hermanos nuestros y de ofrecerles amor y caridad, les escupimos desprecio…”
   
La Caridad: el alma de la justicia
“El que practica la caridad pero desconoce la justicia se hace ilusión de ser generoso cuando sólo otorga una protección irritante, protección que lejos de despertar gratitud provoca rebeldía” afirmaba el P. Hurtado, y agregaba: “La caridad tiene un presupuesto, un pedestal macizo que suele olvidarse: es la justicia. A veces se coloca la caridad sobre pedestal de cartón y se viene abajo”
“Que en cada hombre, por más pobre que sea, veamos la imagen de Cristo y lo tratemos con ese espíritu de justicia, dándole todos los medios que necesita para una vida digna, dándole toda la confianza, el respeto, la estima de su persona que es lo que el hombre más aprecia, pero, oigámoslo bien, la estima debida al hermano, no la fría limosna que hiere”. Esta caridad, este amor dignifica al otro haciendo justicia a su realidad de Hijo de Dios y hermano nuestro.


¿Cómo puede uno “darse con caridad y justicia” –y no solo “dar”- a los más pobres?
La experiencia nos demuestra que toda relación humana con los pobres conlleva un desarrollo que -para reconocer y salvaguardar su dignidad- por lo menos implica tres dimensiones: la formación de un vínculo, la generación de confianza y la facilitación de la autonomía.
El desconocimiento o mala realización de alguna de estas tres dimensiones lleva a un maltrato contra los más pobres. Por ejemplo, el “hacerlos dependientes” no sólo de recursos materiales sino también de mis afectos (obteniendo una gratificación egoísta a partir de ello); o el “tratarlos como números” a los cuales se les entrega beneficios “por ventanilla” sin relación alguna de índole personal; o por último, la duda, la duda permanente que genera desconfianza e impide el crecimiento. Caridad y Justicia, una sola cosa en nuestra donación al otro: “Finalmente nuestro amor ha de ser más que pura filantropía, ha de ser entrega al otro, una donación justa que dignifique al prójimo”

La Regla de oro
“La imitación de Cristo: ¿Qué significa?
No es ciertamente fría repetición de lo que hizo, ya que sus condiciones de personalidad, de vida, de ambiente son tan diferentes de las actuales. Él era Hijo de Dios, actuó en Palestina, ante un mundo pagano. Nosotros, pobres mortales, en un ambiente tan diferente.
…Supuesta la Gracia santificante, que mi actuación externa sea la de Cristo, no la que tuvo, sino la que tendría si estuviese en mi lugar. Hacer yo lo que pienso ante Él iluminado por su Espíritu: ¿Qué haría Cristo en mi lugar? Ante cada problema, ante los grandes de la tierra, ante los problemas políticos de nuestro tiempo, ante los pobres, ante sus dolores y miserias, ante la defección de los colaboradores, ante la escasez de operarios, ante la insuficiencia de nuestras obras, ¿Qué haría Cristo si estuviese  en mi lugar?  Si en estas circunstancias Cristo se hubiese encarnado y tuviese que resolver este problema, ¿Cómo lo resolvería? ¿Obraría con fuerza o con dulzura? ¿Empuñaría el látigo con que arrojó a los vendedores del Templo o las palabras de perdón del Padre del pródigo? …Y lo que entiendo que Cristo haría, eso hacer yo en el momento presente. Aquí está toda la perfección cristiana: imitar a Cristo en su divinidad por la gracia santificante, y en su obrar humano haciendo en cada caso lo que Él haría en mi lugar” (Prédica a los Obispos, 1940)

jueves, 12 de agosto de 2010

Padre León Dehon

Fundador de la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús

La vida del P. Dehon marca profundamente nuestra fundación y carisma. En los años siguientes es donde se marca la época decisiva para la realización de su obra más importante y trascendente, la herencia que deja a una iglesia que necesitaba de nuestra fundación para asumir la defensa de la doctrina social de la Iglesia y las misiones en África y América

En los años de formación espiritual en Santa Clara-Roma , el joven León Dehon profundizó su devoción al Corazón de Jesús, abriéndose a la espiritualidad de amor y de reparación al señor en el espíritu de entrega total. En los primeros años de ministerio sacerdotal, esta espiritualidad se reforzó posteriormente, sea porque en San Quintín reinaba una "tradicional y profunda devoción al Sagrado Corazón" y por los contactos espirituales que León Dehon tenía con las Siervas, Instituto animado por el espíritu de víctima. Esta espiritualidad orientó también su ministerio pastoral, dirigido a "construir el Reino del Corazón de Jesús en las almas y en las sociedades" con una atención particular hacia los más pobres de su tiempo.

Sin embargo, el P. Dehon no estaba contento con todos sus logros. Sentía que por tanto trabajo, no podía conservar la vida interior en Cristo que tanto le movía. Experimentaba una gran atracción por conseguir abandonarse al máximo, por completo al Corazón de Jesús, sin embargo ninguna congregación religiosa cumplía con lo que el andaba buscando. Una Congregación, cuyo ideal fuese el amor y la reparación al Corazón de Jesús. La respuesta al amor gratuito que sentía de parte de Dios.

Quería ser religioso a toda costa. Pero no podía deshacerse de sus obras. Por lo cual decide fundar él mismo los "Oblatos del Corazón de Jesús", como primera expresión histórica de su carisma personal que más adelante toma el Nombre de Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús. Este Instituto encuentra su origen en la experiencia de fe del Padre Dehon. Pero ya desde los inicios quiere hacer partícipes de este carisma suyo también a laicos, fundando la Asociación Reparadora: todos llamados a dar al Corazón de Jesús el "culto de amor y de reparación que su Corazón desea" y a instaurar su Reino. Es así que desde ese momento se habla de familia dehoniana.
En los días de retiro, como preparación a su noviciado, escribe las Constituciones del nuevo Instituto, que resume en estas palabras: Amor, Reparación, Oblación… O sea, la Reparación al Corazón de Jesús, sería el fin de su Instituto. LaOblación, o sea la entrega gozosa de sí mismo a la voluntad de Dios y la aceptación de todo lo que le tocaria vivir en pos de la construcción del reino, sería el medio a emplear. Y el motivo de toda esta entrega generosa, sería el Amor.

martes, 3 de agosto de 2010

Pascua de Padre Leonardo Van Marrewijk, SCJ

fot_not_03_08_2010 Con mucho dolor, comunicamos a toda la Comunidad Escolar del ISC que el día de hoy ha fallecido en Holanda Padre Leonardo Van Marrewijk, a causa de un infarto. En estos momentos nos unimos a su familia, a la congregación y a tantos y tantos amigos e hijos espirituales de Padre Leo que sin duda sienten profundamente hoy su partida. Diversos actos religiosos se están preparando en su memoria:

-Jueves 05 de agosto 19:30 hrs: Eucaristía Instituto Sagrado Corazón

-Viernes 06 de agosto 18:30 hrs: Parroquia Santo Cura de Ars.